Rececho de corzo

El rececho de corzo es una práctica de caza muy popular en España, especialmente en las regiones de Castilla y León, Asturias y Galicia.

Esta actividad consiste en la caza selectiva de corzos machos adultos, conocidos como “trofeos”, en su hábitat natural. El término “rececho” viene del verbo “rebuscar”, ya que antiguamente los cazadores buscaban a estos animales en su entorno natural.

El corzo (Capreolus capreolus) es una especie de cérvido que habita en Europa, Asia y el norte de África.

En España, se encuentra en casi todas las provincias, pero su densidad es mayor en las zonas montañosas y boscosas. Es un animal de tamaño medio, con un peso que oscila entre los 20 y 30 kilogramos, y se caracteriza por su pelaje rojizo en verano y grisáceo en invierno.

El rececho de corzo se considera una caza selectiva, ya que solo se permite la caza de machos adultos que hayan alcanzado su plena madurez.

Esto se debe a que estos ejemplares tienen los mejores trofeos, es decir, sus cuernas son más grandes y desarrolladas.

Además, esta práctica de caza se realiza en épocas específicas del año, generalmente durante el verano, cuando los corzos están en su periodo de celo.

Para llevar a cabo un rececho de corzo, es necesario contar con un permiso de caza y seguir todas las normas y regulaciones establecidas por las autoridades competentes en cada región.

Además, los cazadores deben ir acompañados de un guarda de caza o un guía especializado, quien se encargará de dirigir la actividad y asegurarse de que todo se desarrolle de forma segura y legal. El rececho de corzo es una actividad que requiere de una gran habilidad y paciencia por parte del cazador, ya que estos animales son muy astutos y tienen un excelente sentido del olfato y el oído. Además, al ser cazados en su hábitat natural, están en constante alerta y pueden huir en cualquier momento. Por esta razón, la caza se realiza a pie y en silencio, acercándose sigilosamente al corzo hasta tener una buena posición para realizar el disparo.

Una vez que se ha abatido al corzo, se procede al trofeo, que consiste en la extracción de las cuernas del animal.

Estas, además de ser un símbolo de la caza, también se utilizan para determinar la edad del cor.